martes, 30 de diciembre de 2008

De vuelta a la guerra civil. Fijar las responsabilidades

Comprende Jorge M. Reverte, y acaso con razón, que se pueda decir que así como la República era un régimen democrático entre cuyos apoyos había muchos asesinos, el movimiento que dio paso a la rebelión franquista se puede definir como un sistema criminal al que también apoyaban personas decentes. Es un interesante punto de vista, como lo es sostener que los historiadores, y su interpretación de los hechos, fueron franquistas en los años cincuenta y republicanos en los años posteriores. Cualquiera que haya hecho historia en esos años lo puede atestiguar. ¿Es esta la generación que puede afrontar la realidad sin obediencia de partido?

Al contrario que con las fosas abiertas y cerradas -por la ley de la Memoria Histórica-, se podría sostener que hay hechos desenterrados y enjuiciados -las brutalidades de Franco, Queipo, Mola, la Falange...- y hay otras responsabilidades que aún quedan por establecer. Por ejemplo, las de la Internacional Comunista en las decisiones que condujeron a la matanza de Paracuellos, con la colaboración personal y material necesaria de miembros de la dirección del PCE, pero también Andreu Nin y otros numerosos casos. Dice J. M. Reverte:
Sin embargo, permanece en el aire una opinión generalizada que atribuye inocencia en torno a las posiciones de otros grupos políticos que, a lo más, cargan con la culpa de haber practicado una violencia ciega, espontánea y de respuesta, pero nunca de haber desarrollado esa violencia de forma científica y genocida. Dirigentes anarquistas y del POUM son, por lo general, los beneficiarios de esa benévola opinión generalizada.
Basta leer la prensa de la época para comprobar que desde Solidaridad Obrera o La Batalla se hacían llamamientos directos al exterminio de religiosos o de burgueses. Hay incluso testimonios que avalan que la FAI, la rama pistolera del anarquismo, tenía en Barcelona un plan sistemático de eliminación de personas antes de que se produjera la sublevación del 18 de julio de 1936.
El caso extremo es el de Paracuellos. Porque si bien parece ser incontestable que la iniciativa partió de un agente de la Internacional Comunista como Vitorio Codovila, uno de los creadores del V Regimiento, la decisión se concretó por un acuerdo entre las cúpulas del Movimiento Libertario y las Juventudes Socialistas Unificadas en la Junta de Defensa de Madrid. Las sacas de noviembre y diciembre fueron ejecutadas por orden de Amor Nuño, un joven anarquista presente en la Junta y alguien no identificado de las JSU, organización ya de obediencia comunista, que sólo podía ser Santiago Carrillo o su segundo, José Cazorla. A Segundo Serrano Poncela le tocó obedecer y poner en marcha la matanza. Esta responsabilidad está comprobada en el acta de la reunión del Movimiento Libertario de Madrid celebrada el 8 de noviembre, que tuve la fortuna de encontrar en los archivos anarquistas hace tres años.
Pero hay más: Melchor Rodríguez, el ángel de las prisiones, estuvo presente en esa reunión, y no figura su opinión al respecto. Lo que sí sabemos es que fue destituido oportunamente por su jefe, Juan García Oliver, ministro de Justicia del Gobierno de Largo Caballero, seguramente porque no mostraría su acuerdo con las matanzas proyectadas. Rodríguez fue repuesto en su cargo el día 6 de diciembre, cuando las sacas se terminaron. García Oliver estuvo, por tanto, informado de que se iba a proceder a la matanza, aunque en sus memorias, repletas de fantasías y tardías justificaciones, intentara echar toda la responsabilidad sobre dirigentes como Margarita Nelken.
Es hora de poner en su sitio esta opinión tan viciada por su partidismo:
El antiguo líder de las juventudes socialistas (Carrillo) quedará para la historia como uno de los principales responsables de la matanza de Paracuellos, de los intentos de volver a la guerra civil (¡qué vocación!) mediante el maquis, y también de la liquidación de bastantes camaradas que pudieran hacerle sombra, según su camarada Líster y más testimonios.
Como no menos viciada es esta otra:
Pero en un momento de tantas carencias y tanto desorden, ¿cómo organizar una comitiva para que se llevara los presos? Era más fácil que los liquidaran. Y no creo que fuera difícil convencer a los milicianos. Paracuellos fue terrible, pero lo entiendo. El pánico era demasiado grande y el peligro de tener tantos oficiales enemigos dentro era indiscutible. Se les había dicho que se pasaran a los republicanos, y se negaron.
Aquí está ejemplarmente explicado el caso de Paracuellos.

jueves, 27 de noviembre de 2008

Nicaragua, el reino de los cerdos

Hace poco un periodista llamaba a la actual Nicaragua el reino de los cerdos, por la pocilga en que la habían convertido alguno de los antiguos sandinistas con Daniel Ortega a la cabeza, comparándolos con aquellos cerdos que, en Rebelión en la granja, de George Orwell, engañan al resto de animales prometiendo igualdad y justicia si se rebelan, pero que al tomar el poder los sojuzgan de nuevo.

Los sandinistas llegaron al poder en Nicaragua en 1979, tras dirigir la insurrección contra el dictador Anastasio Somoza. En la izquierda mundial hubo fiesta. Se admira a los jóvenes rebeldes, aunque se descubra tarde que, como el Che, no son tan románticos e idealistas como se supone.

Pocas cosas tan deprimentes como el deterioro del ideal revolucionario, el lento deslizamiento de nuestros héroes hacia el estercolero de la historia. Como Mayo del 68, como la Revolución de los claveles, la Revolución Sandinista contra el dictador Somoza, aparecía como una causa justa. Pero como siempre sucede los dirigentes revolucionarios sustituyeron los intereses del pueblo por los suyos propios sin dejar de usar la retórica revolucionaria.


Daniel Ortega debe de ser uno de los politicos más inmorales de la actualidad -no, sin embargo, un asesino como sí lo fueron otros que también hablaban en nombre del pueblo. Traicionó a sus compañeros sandinistas, se alió con el derechista corrupto excarcelado Arnoldo Alemán, acude a las misas de su antiguo enemigo el cardenal Obando, ante quién se casó con su compañera de guerrilas Rosario Murillo. Esta aportó una hija al matrimonio, a la que Ortega acosó y de la que abusó desde niña. En las recientes elecciones municipales, mandó arrojar los votos de la oposición a la basura, literalmente, en un fraude cantado como la lotería de navidad. Nicaragua es el país más pobre, tras Haití, de América.

Ahora una escritora sandinista, Gioconda Belli, desengañada cuenta desde dentro su desilusión:
La llamada piñata sandinista fue vergonzosa. Si bien la propiedad de la tierra fue legalizada a las cooperativas, en un acto de democratización del área propiedad del pueblo compuesta por los bienes confiscados a Somoza y la dictadura, cuadros sandinistas alertados sobre el valor de estas tierras, las compraron a los cooperados y pasaron a ser dueños, entre otras cosas, de las anchas costas del Pacífico nicaragüense que hoy son vendidas a inversores europeos y norteamericanos por millones de dólares. La piñata causó nuevas deserciones en el interior del FSLN por desacuerdos éticos, pero generó, al mismo tiempo, complicidades estrechas ya no basadas en ideales y sueños, sino en negocios o en el mutuo encubrimiento. El FSLN se apropió de emisoras de radio y equipos de televisión. Fundó un banco y formó empresas usando los nombres de cuadros leales que también se enriquecieron.

Hecho esto, Ortega escenificó el regreso del hijo pródigo a los brazos de la Iglesia católica, a quien atribuía una influencia decisiva en sus previas derrotas electorales. Empezó a visitar a su antiguo némesis, el cardenal Miguel Obando y Bravo. Poco después, éste ofició la misa en que el líder sandinista se casó por la iglesia con su compañera de vida, Rosario Murillo (cuya hija lo acusó en 2003 de abuso sexual desde los 11 años), y sus discursos se llenaron de frases bíblicas y alabanzas a Dios. Como ofrenda final, Ortega apoyó la revocación de una disposición constitucional del siglo XIX que autorizaba la interrupción del embarazo si hacía peligrar la vida de la madre.

viernes, 21 de noviembre de 2008

A pesar de El País, Arias no quería ir a la guerra con Portugal

Carlos Arias Navarro, el último presidente de gobierno del franquismo, protagonizó aquella cómica despedida, "Españoles, Franco ha muerto"
Yo sé que en estos momentos mi voz llegará a vuestros hogares entrecortada y confundida por el murmullo de vuestros sollozos y de vuestras plegarias. Es natural: es el llanto de España, que siente como nunca la angustia infinita de su orfandad; es la hora del dolor y de la tristeza, pero no es la hora del abatimiento ni de la desesperanza.
Sin embargo, para quién viviera aquellos momentos no resulta creíble que este hombre melifluo estuviese dispuesto a ir a la guerra con Portugal, según aseguraba El País. Este hombre habr
+ía dicho en privado a Estados Unidos en 1975 que así lo haría si empezaba a extenderse el comunismo como consecuencia de la revolución de los claveles portuguesa. Ese sensacionalismo histórico ha quedado desacreditado por la carta que el historiador Charles Powell ha enviado al periódico.

El 3 de noviembre publicaron un artículo titulado Arias quería ir a la guerra con Portugal. Según el autor, ésta fue la conclusión que Robert Ingersoll, el vicesecretario de Estado norteamericano, trasladó a su superior, Henry Kissinger, tras reunirse el 18 de marzo de 1975 con el entonces presidente del Gobierno, Carlos Arias Navarro, en Jerusalén. En realidad, la cita tuvo lugar en Madrid, y el interlocutor de Arias no fue Ingersoll, sino Wells Stabler, que le visitaba por primera vez como embajador de Estados Unidos en España.  Ciertamente, Arias se mostró preocupado por la situación en Portugal, pero en ningún momento habló de "ir a la guerra" con el país vecino. Según el autor, Arias "reiteró su preocupación" ante varios senadores norteamericanos el 7 de abril, cuando en realidad les dijo que "la situación portuguesa no ha influido ni influirá en los problemas españoles porque las circunstancias de ambos países son muy distintas". 

viernes, 14 de noviembre de 2008

Breton Woods (1944) y la Conferencia de Washington

Cuando se estudian las causas que llevaron a la segunda guerra mundial se oscila entre el énfasis político -el resentimiento de Alemania por su castigo en Versalles, el irredentismo de los pueblos desplazados de la madre patria o el excesivo pago de indemnizaciones- y el económico -el catastrófico paro que siguió a la crisis del 29 y el consiguiente ascenso de los totalitarismos. Como en cualquier otro suceso histórico las causas son variadas. Ahora se compara la crisis presente con la del 29, y la próxima conferencia de Washington con la de Breton Woods de 1944.


Breton Woods se asocia a un largo periodo de estabilidad económica y por ello nuestros políticos buscan que una conferencia internacional sirva para restablecer la confianza en el sistema. Pero las cosas no son tan fáciles. Antes de Breton Woods ya hubo otras conferencias, como la de Londres (1933), que se saldaron en fracaso.

Qué tuvo de particular Breton Woods. El objetivo era restablecer la confianza en el sistema monetario y además la reconstrucción material tras el desastre de la guerra. Para ello se crearon el FMI, un fondo que resolviese los problemas monetarios y un Banco Mundial que financiase la reconstrucción. El primero ha luchado por mantener la estabilidad de los tipos de cambio, requisito para que el comercio internacional fluya, ayudando a los países con problemas. Fue el caso del Plan de Estabilización español de 1959, que está en el inicio del desarrollismo de los años 60. La cosa fue bien hasta que el dolar entró e crisis en 1973 debido a la inflación y el déficit de EE UU como consecuencia de la guerra de Vietnam. Desde entonces se han ido configurando bloques monetarios: dólar, euro, libra, yen y yuan, con una cierta cooperación entre ellos.

¿Puede la iniciativa de Sarkozy de un nuevo Breton Woods para reformar el sistema financiero internacional restablecer la confianza y detener la crisis? Hay que esperar a ver qué medidas se proponen, aunque el impasse político que se ha abierto en EE UU hasta que el 20 de enero Omaba asuma la presidencia no parece que sea el mejor momento.

jueves, 6 de noviembre de 2008

L'òmnibus de la mort, estiu del 36

Ahora que tan de actualidad está la llamada memoria histórica es buen momento para hacer recuento de algunos hechos:
El 13 de setembre de 1936 va arribar a Falset un autobus de color negre amb unes calaveres pintades. Davant l’estupefacció de tot el poble, en van baixar una quarantena d’homes mal afaitats i armats fins a les dents. L’endemà van sortir al balcó de l’Ajuntament per anunciar la mort de vint-i-set veïns en nom de la Revolució.
L'òmnibus de la mort: parada a Falset (Ara Llibres), Toni Orensanz.
Entre finales de julio y finales de octubre de 1936, la Brigada de la Muerte, formada por miembros de la FAI, se puso en marcha para hacer limpieza: quienes se opusieran a la colectivización de tierras, carlistas y republicanos, miembros del somatén, afiliados a sindicatos de derechas, gentes de oración y misa. El líder de la brigada era un tal Fresquet, Pascual Fresquet Llopis, albañil de Sants, 31 años, pistolero de la FAI, gran pistola al cinto, conquistas sexuales hiperbólicas, narcisista con ansias de poder, según Orensanz. Se distinguió en la lucha contra los militares sublevados el 19 de julio en Barcelona. La columna Ortiz, a la que pertenecía, le ordenó limpiar la retaguardia.

El ómnibus de la Brigada y sus 40 hombres, con la calavera cosida al gorro y al pecho, recorrió una veintena de poblaciones de Cataluña y Aragón. La Brigada de la muerte fusiló a 247 personas: Casp, Favara, Maella, Gandesa -29 fascistas abatidos de noche, junto al cementerio-, Falset -27 personas, 18 de la Federació de Joves Cristians-, Mequinensa, Albalate, Calanda, Samper de Calanda, Híjar, Bot, Flix, Ascó, Riba-roja, Móra d'Ebre y Reus. Se calcula que en Cataluña fueron 8.000 los ejecutados en la retaguardia, 6.000 entre julio y septiembre del 36.

A principios de mayo de 1937 Fresquet ingresó en el ejército como jefe de la Policía Sanitaria. Al acabar la guerra se exilió en Marsella, la Marsella de Petain. El periodista escritor ha contactado con los dos hijos de Fresquet, uno de ellos sigue viviendo en la casa familiar de Hospitalet, candidato a las municipales por CiU. Fresquet murió de cáncer en 1957, no sin antes casarse con la novia de su hijo, a la que conoció cuando éste le visitó en el sur de Francia en 1947. Murió asistido por un capellán.

Hay cosas discutibles, sin embargo, en la confección ideológica de este libro. Las cautelas, las justificaciones, las excusas, la cobardía. Estas declaraciones de Orensanz:
1."He aprendido a huir del bien y del mal como absolutos. El momento histórico pesa. Y ese verano la legitimación de la violencia era más amplia de lo que creemos, Fresquet creía estar haciendo lo que se tenía que hacer".
2. Su tío abuelo, libertario, conoció a Fresquet, en la mañana del 14 de septiembre compartió con él el balcón del Ayuntamiento donde se pronunció un discurso. La familia lo sabía, pero de eso no se hablaba. Una amnesia forzada, 40 años de propaganda franquista, "una amnesia que sólo sirve para seguir ensuciando los nombres de gente honesta como Lluís Martí, del comité local, fusilado por los franquistas en 1939".
3. ¿Quién de Falset hizo la lista? Si lo digo, me parten la cara. La guerra y su antepasado han sido y son aún una herida honda mal cerrada. No aportaría nada hurgar en la herida.

Frases de los comentaristas de este libro:

1. Unas alocadas cuadrillas de incontrolados se lanzaron a "limpiar" de "fascistas" la retaguardia republicana.
2. Hoy existe una tendencia a considerar que en ambos lados se cometieron abusos, por lo que los dos lados son igualmente responsables, y que lo más conveniente es hacer tabla rasa de ese triste pasado. No hay que mezclar churras con merinas.
3. Orensanz le ha dado un toque ciertamente novelesco a una historia verdadera.
4. Hi havia franquistes arreu de Catalunya, i partidaris del cop d’estat abans del juliol del 36. És coneguda l’existència d’una trama civil, però a Catalunya fracassa i no sabem quina era la seva organització.
5. Evidenment en Fresquet era un immigrant español, dels que varen colonitzar el barri de la Torrassa d'Hospitalet on del 1900 al 1930 varen passar de 300 hab. a 21.000, tots murcians i extremenys morts de gana.

6. Hasta que los dirigentes de la CNT condenaron las atrocidades de Fresquet y otros "incontrolados" como él como contrarias al espíritu revolucionario.
7. Fins i tot quan Orensanz ens informa d’això deixa clar les relacions entre la Brigada de la Mort i la Columna d’Ortiz i ens informa de les gestions de la Regional catalana de la CNT i del Consell d’Aragó per tal d’acabar amb aquella patuleia que, un cop desactivats com a Brigada de la Mort, no van ser allunyats de càrrecs de responsabilitat en l’estructura militar republicana sinó tot el contrari.

8. Almes de maig del 1991 l’alcalde de Falset va decidir fer efectiu l’enderroc d’un monòlit que hi
havia al poble en homenatge als caiguts del 1936. L’acció va ser el detonant de l’edició d’un anònim que va circular per tot el poble on s’hi relataven alguns dels fets protagonitzats per l’anomenada Brigada de lamort el dia 13 de setembre del 36. «El primer que vaig fer va ser preguntar als historiadors què sabien de l’autobús de la mort. I la sorpresa va ser que ells no en tenien cap constància».

9. Probablement serà manipulat per aquells que cercaran en el ponderat treball d’Orensanz el referent bibliogràfic que no poden emprar explícitament, el Falset bajo el signo de los rojos.
10. “A Falset la meua família és considerada de tradició republicana i descobrir que el meu besoncle estava entre els assassins em va copsar. Continuen manant els guanyadors, ja que molts dels polítics d’avui en dia, siguen del partit de siguen, són fills i néts d’antics dirigents feixistes. Les classes dirigents s’adapten als temps per continuar al poder”.
11.Durant la Segona República el noranta per cent dels treballadors de la Torrassa estaven afiliats a la CNT. La repressió policial abans, durant i després de la dictadura de Primo de Rivera va ser, simplement, brutal. No és estrany, doncs, que el 1933, després de la victòria de la dreta a les eleccions generals i tenint en compte que el comunisme llibertari ja havia arrelat en diversos llocs de l'Aragó, la Rioja i Catalunya, a la Torrassa triomfés la revolta anarcosindicalista. És aquí on es va forjar l'esperit justicier de Fresquet.



domingo, 26 de octubre de 2008

El caso de Milan Kundera

La Checoslovaquia comunista de principios de los cincuenta es una sociedad totalitaria. La delación se premia, el silencio se paga. Dos jóvenes se cruzan en un puente de Praga el 14 de marzo de 1950. Él es Miroslav Dvoracek, un ex piloto del Ejército checoslovaco, del que había desertado, y ahora es un guapo espía que trabaja para Estados Unidos. Ella, Iva Militka, una rubia estudiante ingenua y escasamente politizada. Él le pide un favor, ella le ayuda, pero se va de la lengua. Miroslav lo pagará muy caro.

Cuando Milan Kundera tenía 20 años, en 1950, denunció a Miroslav que fue condenado a muerte, aunque luego se le conmutara la pena por 14 años de trabajos forzados en una mina de uranio. Kundera como cualquier escritor se ha comportado como un oportunista. Levantaba la nariz y oteaba por donde venía el viento. En aquellos años venía del este. Pertenecía al partido comunista, tuvo una trifulca con un jefezuelo y se valió de la delación para arreglar el asunto. Pasados los años, seguía con la nariz levantada, así que estuvo listo cuando el viento cambió de dirección. Ser disidente vendía mucho y con un título apañado, La insoportable levedad del ser, aún se vendía más.

Los escritores no son valientes, cómo tampoco lo son los cómicos, como tampoco la mayoría de la gente. Un alto porcentaje de la población es cobarde. O no se mete en política o asume las ideas del régimen, como un Rubianes que con Franco hubiese gritado ¡viva España!, pero que ante el público de TV3 se mea de risa, ¡puta España! En ello les va el sustento.

Kundera estaba a punto de pasar al cajón de los escritores que ya no se leen. Hay tantos. Incluso los hay que editan por millones y nadie los lee. Ahora tiene la gran oportunidad. Contar lo que pasó. Sus tiernos 20 años, su militancia, la delación. Cómo lo hizo, qué consiguió a cambio. A lo peor no levanta el peso de la humillación, pero ese último acto de coraje produciría un libro útil y acaso duradero.

**
Aquí, la historia al completo. Iva Militka le contó a su marido Miroslav Dlask, que le contó a Kundera que informó a la policía. Miroslav Dvoracek cumplió 14 años en las minas de uranio.
Militka ha cargado durante toda su vida con el peso de la culpa, siempre se reprochó haber contado ese encuentro a su marido. En numerosas ocasiones le preguntó si había sido él quien informó a la policía. Dlask siempre calló. Hasta 1992. Entonces, dice Militka, le contó la implicación de Kundera. "Me sentí feliz y aliviada", reconoce. Aunque eso no exculpaba a su marido. "Si informó fue para protegerme", declara. "En aquel momento, dar información al Estado no era malo".
Los que exculpan a Kundera hablan así:
"En aquellos momentos, si un comunista escuchaba la historia de un agente debía informar. Es como si ahora alguien supiera de un terrorista islámico y no dijera nada". Lo explica en su estudio Ivan Klima, gran escritor checo, contemporáneo de Milan Kundera. Dice que la Checoslovaquia de los primeros cincuenta fue un estado "terrorista" hasta la muerte de Stalin, en 1953. "Si no informabas, te podían caer cinco años, o te podían ahorcar".
¿Cómo puede basarse una acusación de tan graves consecuencias en un único documento más que dudoso y usando tantas expresiones inseguras? Dudoso porque en la Checoslovaquia de los años cincuenta era práctica cotidiana por parte de la policía perpetrar denuncias, ya que cualquier agente que recibía una era condecorado con facilidad. No olvidemos que denunciar al "enemigo del pueblo" era muy bien visto por las autoridades, no en vano la ley declaraba culpables no sólo a los delincuentes sino a cualquiera que conociera un delito y no lo denunciase.

domingo, 19 de octubre de 2008

La Caja Vital de Javier Mozas y Eduardo Aguirre

Hace mucho tiempo que los grandes corporaciones políticas y empresariales consideran que no es suficiente tener un Monet, un Zuloaga o una serigrafía de Warhol en el despacho del director. En ocasiones tener un cuadro de primera vale tanto como construir un edificio nuevo, así que por qué no hacer un edificio nuevo con firma. Los arquitectos saben que su éxito depende del gran reportaje en los grandes medios internacionales y del dossier en las grandes revistas del sector. Así que unos y otros han perdido el miedo y el manierismo está a la orden del día. Por cuánto tiempo. La crisis económica comporta escasez del crédito, pero también cambio del gusto. Los grandes banqueros volverán a ser conservadores y el público recriminará el gasto suntuario y la frivolidad.
En el humedal de Salburua, en un parque periurbano que rodea Vitoria, Javier Mozas y Eduardo Aguirre levantaron la sede de Caja Vital. El edificio, sustentado en soportes quebrados con forma de cromosoma, buscaba evocar los bosques de chopos que crecen junto a las lagunas de aquel entorno. La imagen de un bosque en movimiento se oponía radicalmente al racionalismo gris que impera en los polígonos industriales de la zona. El inmueble trataba de dar así una respuesta arquitectónica a un entorno biológico, el del anillo verde que los propios Mozas y Aguirre habían diseñado. Por eso habló y por eso se hizo ver. Tanto que fue el lugar elegido para el atentado de ETA con coche bomba del pasado 22 de septiembre. Muchos vidrios se rompieron aquella noche y los soportes quebrados, revestidos de plancha de acero, guardarán para siempre algunas huellas de aquella metralla. Pero los empleados regresaron a trabajar al día siguiente.

martes, 23 de septiembre de 2008

Raoul Wallenberg

Las cifras cuando son monstruosas, inabarcables, nos dejan fríos. Quizá hagamos un mohín de disgusto o compasión o simplemente un parpadeo antes de pasar página. Veamos.
Según las estadísticas oficiales la Unión Soviética hizo 2.388.000 prisioneros de guerra alemanes entre 1941 y 1945. Otros 1.097.000 de otros países europeos del Eje. Italianos, rumanos, húngaros y austriacos mayoritariamente y cerca de 600.000 japoneses. En el momento del armisticio la cifra superaba los cuatro millones. Esa cifra no incluye a los civiles que de modo arbitrario, a voluntad de los comisarios políticos, fueron capturados y llevados al Gulag. Sólo en Budapest, por ejemplo, fueron arrestados 75.000 civiles. El ejército soviético conducía a los soldados capturados a los campos a la intemperie, como si fuesen ganado, sin comida y sin medicinas, cuando no eran ejecutados sin más. Allí morían como moscas, de hambre, enfermedad o heridas no curadas. A principios de 1943 la tasa de mortalidad entre los prisioneros de guerra estaba en torno al 60 %.

La contrapartida fueron los más de 5.500.00 ciudadanos soviéticos que en 1945 se hallaban fuera de la URSS. Soldados capturados en campos de prisioneros de guerra nazis, soldados en campos de trabajo esclavo, soldados soviéticos que habían luchado contra el ejército soviético, bajo el mando de Andrei Vlasov. En la conferencia de Yalta se tomó la decisión indigna de obligar a todos los ciudadanos soviéticos a volver a su país. La mayor parte acabaron en el Gulag. Una de las historias más feas de ese periodo fue la orden dada por Churchill de repatriar a más de 20.000 cosacos, con mujeres y niños incluidos, desde Austria. Los británicos los engañaron con estratagemas o les forzaron con bayonetas y golpes a subir a trenes para llevarlos a la URSS. Las mujeres lanzaban a sus hijos desde los puentes y después saltaban ellas. Sabían lo que les esperaba. Esa historia la cuenta Claudio Magris en Conjeturas de un sable.

Son los casos particulares lo que más nos conmueve. Raoul Wallenberg era un diplomático sueco que había salvado a miles de judíos húngaros de ser deportados a los campos nazis. Como Oskar Schindler, se valió de múltiples recursos desde el soborno al chantaje para salvar vidas. Diseñó un pasaporte sueco protector (sin valor para las leyes internacionales), del cual emitió más de 13.000 unidades. Consiguió poner a más de 15.000 personas bajo protección de Suecia en 31 casas. Wallerberg, que procedía de una rica familia sueca, tuvo que entrevistarse con autoridades fascistas y occidentales en el curso de sus negociaciones. Fueron razones suficientes para ser arrestado en Budapest en enero de 1945, junto con su chófer. Ambos desaparecieron en las prisiones soviéticas. Hace algunos años se buscaron pistas para saber qué había sido de él. Se cree que murió en los interrogatorios o que fue ejecutado cuando apenas contaba con 34 años.

jueves, 11 de septiembre de 2008

Las deportaciones soviéticas

Reciente como está la agresión de la Rusia de Putin a Georgia y la posible anexión de Osetia del Sur y Abjazia conviene recordar qué pasó no hace tanto con esos pueblos del Cáucaso, y de otros limítrofes de Rusia, en la época de Stalin.
Tras la invasión soviética de Polonia, en septiembre de 1939, y posteriormente de los países del este de Europa, Stalin ordenó detenciones masivas de políticos, negociantes, comerciantes, poetas, escritores, campesinos y granjeros ricos, en fin, de cualquiera que las autoridades considerasen susceptible de no querer sovietizarse. Los detenidos eran inmediatamente deportados -entre unos minutos y un día tenían para prepararse-, sin procedimiento legal que lo autorizase. Los llevaban en camiones hasta la estación y luego, hacinados, los hacían subir al tren para un largo viaje. Su destino era o los campos del Gulag o los helados territorios del norte ruso o el desierto del Asia central, donde eran arrojados en el bosque vírgen o en diminutas aldeas. Muchos murieron en el viaje, otros en el destino. El odio de Stalin hacia los chechenos fue particular. Colocados en trenes sellados, fueron privados de agua y de comida en su largo viaje. Hasta 78.000 chechenos pudieron haber muerto en el transporte. Hacia 1949 habían muerto la mitad de los tártaros de Crimea.

Las cifras de deportados son enormes: 428.000 de la Polonia Oriental, más 96.000 prisioneros; 160.000 de los países bálticos; 1.200.000 alemanes soviéticos; 90.000 calmucos; 70.000 karachevos; 390.000 chechenos; 90.000 inghusos; 40.000 balcaros; 180.000 tártaros de Crimea, 9.000 finlandeses, etc.

Los nombres de los pueblos de origen fueron eliminados de los documentos oficiales, hasta de la Gran Enciclopedia Soviética. Las naciones desaparecieron del mapa. Fueron abolidas la República Autónoma de Chechenia-Ingushetia, la Repúclica Autónoma Alemana del Volga, la de Kabardino-Balkaria, la de Karachevo. Crimea pasó a ser una provincia rusa.

El efecto de deportación y guerra fue devastador. por ejemplo, en Estonia, entre 1939 y 1945, la población disminuyó en un 25%. Probablemente el objetivo de Stalin no era terminar con estas naciones enteras, sino desarraigar a sus habitantes, despojarlos de su cultura, convertirlos en mano de obra esclava.

Leer más.

miércoles, 20 de agosto de 2008

El retrato de Carlos V

Una de las cosas más interesantes que se pueden hacer en la actual exposición del Prado, El Retrato del Renacimiento, es comparar obras. Por ejemplo estos dos retratos.

Jacob Seisenegger (1505-1567) fue un pintor austriaco al servicio de Carlos V. Del emperador hizo varios retratos de cuerpo entero que al gusto de Carlos V eran troppo vero. Así que, éste, tomando como modelo el Carlos V con perro, de 1532, encargó una copia a Tiziano (1485-1576). El pintor veneciano con algunos retoques, 1533, lo presentó en la corte y Carlos V, quien, encantado, lo convirtió en su pintor de corte y amigo.



















Tiziano simplificó el cuadro, elimiando el detallismo realista, dulcificó los rasgos del retratado, lo estilizó y le dio ese aire elegante y mayestático que habrían de convertirse en rasgos del retrato de los habsburgo y en general del modelo de retrato cortesano en los siglos posteriores.

Si comparamos los dos retratos (pinchar en las imágenes) vemos la estilización de la figura, por parte de Tiziano, la pelliza más grande en detrimento del jubón, los párpados ligeramente más elevados, los labios más firmes, la nariz más clásica, la barba mejor recortada y, en general el gesto facial aparece con mayor determinación. La figura del emperador se muestra más cercana al simplificar los elementos que la rodean y bajar algo la línea del horizonte. Tiziano aplica la misma idealización al perro, del que han desaparecido las garras y la tensión muscular.

viernes, 20 de junio de 2008

La fortaleza de Montjuïc

Montjuïc es un promontorio situado al suroeste de Barcelona, desde donde se domina el puerto y la ciudad. El nombre quizá signifique Colina de los Judíos en catalán medieval o quizá sea una corrupción del latín Mons Jovicus (la Colina de Júpiter). La historia contemporánea de este recinto está llena de falsas atribuciones y mitos.

¿Levantó Felipe V la fortaleza de Montjuïc para reprimir Barcelona? ¿Sirvió de plataforma al ejército español para bombardear la capital de Catalunya? ¿Fue la gran prisión y patíbulo franquista? A unos cuantos políticos nacionalistas no les importa la verdad. Este artículo de Gabriel Cardona aclara las cosas.


Montjuïc, el gran camelo


GABRIEL CARDONA

EL PAÍS - 08-06-2008

El castillo de Montjuïc se levantó con finalidades militares y también sirvió como prisión, igual que todos los castillos del mundo. Sin embargo, las ciudades europeas cuidan y miman sus castillos como parte entrañable de su propia esencia, aunque hayan albergado presos sus mazmorras, disparado cañonazos sus bastiones y rodado cabezas en sus patios.

En cambio, Montjuïc, el castillo de Barcelona, sufre una empecinada campaña de desprestigio, alimentada por el oportunismo y el desconocimiento. Se ataca a la vieja fortaleza como si sus piedras fueran responsables de los disparates de nuestros antepasados y se la inculpa con tres argumentos esenciales: la levantó Felipe V para reprimir Barcelona, sirvió de plataforma al ejército español para bombardear la capital de Cataluña y fue la gran prisión y patíbulo franquista, nada de lo cual es cierto.

Felipe V hizo levantar la Ciutadella con finalidades represivas, pero no Montjuïc, cuyo primer recinto ya se había obrado 43 años antes de que naciera, precisamente durante la Guerra dels Segadors, a fin de que defendiera la ciudad de la amenaza del ejército real del marqués de Los Vélez. Durante la guerra de Sucesión, tuvo Montjuïc guarnición austracista, y el 21 de abril de 1706, la población civil barcelonesa se movilizó para defender su castillo del ataque de los borbónicos. La ampliación, que le dio su actual forma, no comenzó hasta 1751, cuando Felipe V ya llevaba muerto cinco años, y fue una meritoria edificación ilustrada, obra del ingeniero Juan Martín Cermeño, realizada durante los reinados de Fernando VI y Carlos III.


Los cañoneos contra Barcelona desde Montjuïc no fueron obra del odio castellano contra Cataluña, sino del enfrentamiento de dos generales progresistas contra el ala izquierda del progresismo popular, que tenía su feudo en la ciudad. El 3 de diciembre de 1842, Baldomero Espartero hizo bombardear Barcelona para reducir la rebeldía de quienes, poco antes, lo habían llevado al poder. Pero mucho más violento fue el cañoneo ordenado por Joan Prim i Prats, general y diputado progresista por Barcelona, que el 7 de septiembre de 1843 dañó o destruyó 460 edificios.


Tampoco fue el castillo una pieza básica en el aparato represivo de Franco. Durante la Guerra Civil, los republicanos fusilaron en la fortaleza a 37 militares y 21 civiles, y la utilizaron también como prisión. Cuando la guerra terminó, el principal escenario de los fusilamientos franquistas de Barcelona fue el Camp de la Bota y sólo fueron ejecutados en el castillo de Montjuïc el presidente Companys, el general Escobar y cinco mandos de la Guardia Civil. Tampoco fue el principal centro de reclusión barcelonés, sino la Modelo. En la montaña de Montjuïc se habilitaron como prisión dos edificios: el Palacio de las Misiones y el castillo, cuyo número de internos fue siempre muy inferior al de la cárcel.

Todas estas realidades son oscurecidas por falaces argumentos que presentan el castillo como símbolo de pasadas opresiones. Si seguimos por este camino, acabaremos condenando la catedral como expresión del oscurantismo eclesiástico, las atarazanas porque construían galeras de guerra y hasta el monumento a Colón por haber incitado el colonialismo.

El castillo de Montjïc es una joya histórica y arquitectónica, que contiene colecciones inapreciables. Entre ellas, numerosas piezas reunidas por Frederic Marès en todo el mundo, pistolas de Ripoll, cañones de la histórica fundición de Barcelona y la mejor muestra mundial de armas portátiles de la guerra civil de 1936-1939. Sin embargo, ya los primeros cañones han sido transportados a Madrid, porque eran símbolos del militarismo y el españolismo. A este paso, veo tomando el mismo camino al Cristo de Lepanto y los cuadros de Fortuny, por ser iconos del militarismo contra el Tercer Mundo, y las colecciones de Montjuïc pueden acabar instaladas en Zaragoza, donde ya tienen valedores esperando la oportunidad. Perder es siempre fácil. Recuperar puede ser imposible. A la pelea para rescatar los papeles de Salamanca puede suceder, dentro de un tiempo, la trifulca para recuperar las colecciones de Montjuïc.

Gabriel Cardona es historiador.

Hereu desmantelará el museo militar del castillo de Montjuïc.

jueves, 12 de junio de 2008

Estava el president de la Generalitat Lluís Companys em condicions psicològiques per governar?

En diverses ocasions s’ha especulat sobre la complexa personalitat del president de la Generalitat Lluís Companys, i fins s’ha posat en entredit la seva salut mental. L’advocat Amadeu Hurtado diu d’ell que era “bipolar” i el periodista Claudi Ametlla, que per comprendre la seva vida “desconcertant” calia tenir en compte “els dolorosos antecedents psicopatològics de la família”. El periodista Enric Vila a La veritat no necessita màrtirs ha suggerit que no estava em condicions psicològiques per governar.

Ara, apareix un retrat inèdit de Companys del metge i diputat al Parlament Joan Solé i Pla.

Un dia 1933, el doctor Solé i Pla anota en una quartilla la conversa mantinguda al matí amb el doctor Lluís Sayé, director del Servei d’Assistència Social dels Tuberculosos, amb qui ha coincidit durant una visita a la familia de Francesc Macià, mort el dia de Nadal: “En Companys en el fons és un malalt de la ment, un anormal excitable i depressible cíclicament; té fòbies violentes d’enveja i de grandesa violenta, arravatada, seguides de fòbies de por, de persecució, d’aclaparament extraordinari i a voltes ridícules. Quantes voltes el Sr.Macià, amb energia, renyant-lo, excitant-li l’amor propi l’havia tingut d’arrencar d’aquest aplanament en què plorava i gemegava com una dona enganyada!. A més diuen que la família és tèrbola. Al fill dissortadament la follia el té pres; i encara que molts homes siguin poc escrupulosos en relacions, ell ho fa i ha fet a l’estil gitanesc i sens escrúpols i amb cert abarraganament. Mala família per succeir a la d’en Macià en aquella Casa dels Canonges. No plau ni tant sols de pensar- hi, lo massa per ell [sic] i la vergonya per nosaltres”.

Solé i Pla descriu també el pas de Companys pel ministeri de Marina, durant el darrer semestre de l’any 1933. “Per ésser ministre, botava, plorava, sospirava (...). Arribà a la fi a ésser ministre a Madrid, de cop quedà tant parat i aixafat que res el feia tornar en si. Què feu ell a Marina? Sols posar en ridícul als catalans i a Catalunya per llocs de distracció i amb les dametesamb qui anava”.

Mentre Solé i Pla, en el Cafè de Catalunya, anotava la conversa matinal, va aparèixer Companys. La reunió extraordinària del ple del Parlament per a l’elecció del nou president de la Generalitat era convocada a les cinc d’aquella mateixa tarda. Quan s’adonà de la presència del doctor, el cridà, però aquest va fer veure que no el sentia. Quan a la fi el doctor l’anà a trobar, Companys li explica les seves intencions més immediates. “Em parla de les ganes que té d’ésser president de la Generalitat, que ell té les eleccions i les masses a les mans, que ell amb son nom pot guanyar, que vol que ens convencem d’ésser cada dia més nacionalistes, que ell serà si cal separatista, que no li fa por la república catalana. Que ha vingut per parlar amb mi, a qui votaré (vol que voti a n’ell com després es veurà), que ell és nostre amic, que ell necessita dues crosses per caminar, que ell ja té la republicana, que nosaltres podem proporcionar-li la Nacionalista, que ell es traurà de dins el passat i dolent, que son interior serà nou, bo, honorable”. [En el moment de succeir Macià, Companys, pel seu passat no nacionalista, necessitava canviar la seva imatge i oferir-ne una que esborrés el recel cap a ell dels sectors catalanistes més radicals]. Minuts després, Lluís Companys va sortir elegit per 56 diputats (ERC) a favor, 6 paperetes en blanc, i l’abstenció dels representants de la Lliga.

Que n’opinen els historiadors:

Josep Termes: el testimoni de Solé i Pla “és important perquè coneixia els principals actors polítics del moment de primera mà, un retrat psiquiàtric que lliga amb el seu passat bohemi”.

Josep Maria Solé i Sabaté: “de Companys s’ha dit, tot i que no de forma tan brutal i sagnant, que era ciclotímic, que passava estats d’enfonsament i que tenia una vida personal desordenada. El doctor era instruït i representava el món virginal, més pur, del catalanisme, enfront Companys que era un home intuïtiu i seductor, però era poc llegit, i per això el menystenia”.

Enric Ucelay Da Cal, “l’opinió del doctor és representativa”. El doctor Solé i Pla “no és el primer, ni l’últim, en valorar així en Companys perquè, en petit comitè, molts dels qui el varen conèixer en parlaven malament. Altra cosa és que ho fessin per escrit, sobretot després del seu afusellament”. Aquest podria ser el motiu, segons els historiadors, pel qual retrats com el de Solé i Pla sobre la figura del president de la Generalitat siguin escassos.

Llegir article complet.

sábado, 7 de junio de 2008

Las colonias industriales

En la se­gunda mitad del siglo XIX se levantaron 72 colonias indus­triales en torno a los grandes ríos de Cataluña, en especial el Ter y el Llobregat y de sus respectivos afluentes -Calders, Anoia, Fresser y Brugent. Constituyen el elemento más característico de su indus­trialización.

La colonia industrial se de­sarrolló en muchas zonas de Eu­ropa occidental desde media­dos del siglo XIX. Pero en Cata­luña destacan por su elevado número. Lo que buscaban estas ubicaciones junto a un río era aprovechar la energía hidráuli­ca necesaria para mover los tela­res en unos terrenos baratos.

Aunque diferentes, las colo­nias comparten un mismo es­quema urbanístico: un espacio productivo, donde están la fá­brica y las infraestructuras ne­cesarias para mover los telares; y otro doméstico, donde los tra­bajadores viven y cuentan con todos los servicios, como escue­la, café, teatro, economato, dis­pensario médico y, en algunas, cuartelillo de la Guardia Civil. Y en el punto más alto, la torre de amo, donde el propietario residía durante sus visitas se­manales o en verano.

La fórmula proporcionaba una excelente rentabilidad al dueño, ya que el absentismo era casi nulo y los gastos coti­dianos de los trabajadores, en la cantina, la barbería, el estan­co o el alquiler del piso rever­tían en la propiedad. Y si sobra­ba algo del sueldo se ingresaba en la sucursal bancaria de la co­lonia, por lo que se formaba un perfecto círculo autárquico. Por su parte, los colonos obte­nían un sueldo a fin de mes y acceso a una vivienda digna y barata (en 1900 el alquiler de una vivienda en las colonias os­cilaba entre 4 y 8 pesetas men­suales y el sueldo entre 15 y 30 semanales).

Según algunos historiado­res, las colonias surgieron con la intención de evitar los con­flictos laborales de las ciuda­des. Sin embargo, no siempre fueron espacios libres de tensio­nes y huelgas. Sobretodo a finales del siglo XIX, cuando las du­ras jornadas de más de 12 horas, los bajos sueldos y los accidentes laborales llevaron a pa­rar la producción durante me­ses. Estos conflictos termina­ron con expulsiones y el co­mienzo de un nuevo modelo de control: el paternalismo. Una especie de pacto no escrito en­tre el amo y sus colonos en el que una parte proporcionaba un puesto de trabajo, vivienda y servicios a cambio de trabajo y obediencia. El amo se preocu­paba del bienestar de sus traba­jadores personalmente o con ayuda del capellán (un asalaria­do más) que de forma cotidia­na o desde el altar exaltaba el papel protector del amo. No es de extrañar que en todas las co­lonias hubiera una iglesia, un capellán e incluso una comuni­dad de monjas que se ocupa­ban de la guardería y de la edu­cación de las niñas.

Información tomada de Del telar al loft. JOSÉ ÁNGEL MONTAÑÉS
El País, 6 de junio de 2008

Seguir leyendo.

miércoles, 14 de mayo de 2008

Robert Rauschenberg

"No puedo imaginarme vivir sin confusión. Siempre he sido de la clase experimental".

En el otoño de 1953, Robert Rauschenberg pidió a Willem De Kooning uno de sus dibujos. El objetivo no era admirarlo, sino destruirlo. Durante un mes, Rauschenberg irá borrando los trazos al carboncillo y al óleo de De Kooning. El resultado será, Erased De Kooning Drawing, su manifiesto artístico, en negativo. Y el final de una época, la del expresionismo abstracto de Jackson Pollock y de Willem De Kooning, los representante máximos de la llamada escuela de Nueva York.

Cuando comience a pintar sus negros monocromos, donde la superficie, desconchada, agrietada, que más que pintada parece carbonizada, buscará sus aliados en el compositor John Cage y en el coreógrafo Merce Cunningham.

  • Un día le hice un bonito favor a John Cage. Entonces yo residía en su apartamento [el músico le había invitado a su casa, al comprobar que el único colchón que tenía el pintor estaba lleno de chinches]. En su ausencia, como agradecimiento –en esa época trabajaba en mis pinturas negras- repinté todos sus cuadros en negro. Se volvió furioso. Podría creerse que le gustaba cualquier cosa, pero no era cierto”.

Una mañana en que se levantó inspirado transformaría ese colchón en obra de arte al colocarlo en posición vertical y pintar encima, porque no tenía dinero para adquirir un lienzo.

Criado en el Sur de Estados Unidos, era hijo de un inmigrante alemán y de una india cherokee que le hacía sus camisas con los retales que encontraba. Tras un viaje por Italia, España y Marruecos, junto a Cy Twombly, entre 1952 y 1953, de vuelta a Nueva York, comenzará su pelea contra la pintura pura. Sus telas se llenan de todo tipo de materiales encontrados: plásticos, botellas rotas, paraguas, madera en Charlene, 1954;


fotos, carteles, periódicos en Rébus,1955. Combine painting será el nombre que designará a esta pintura, mezcla de collages, ensamblajes, color y dibujo.

Rauschenberg, junto a su amigo y amante Jasper Johns, con quien llegó a firmar como Matson Jones, marcó la transición entre el expresionismo abstracto y el arte pop en las artes visuales. Ambos buscarán su inspiración en la sociedad de consumo: fotografías de Kennedy, botellas de Coca-Cola, neumáticos de coches. De este modo prefiguran lo que será el pop art de Andy Warhol.

Son muchas las anécdotas relacionadas por su gusto por la provocación: complació a un crítico que en Florencia le sugirió que arrojara algunas de sus obras al río Arno. A una mujer que le comentó que no le gustaban los cuadros que colgaban en el Museo Judío de Nueva Cork, Rauschenberg le dijo que opinaba lo mismo de cómo ella iba vestida. La mujer, ofendida al principio, “me buscó luego para decirme que empezaba a entender”.

En sus últimos años en la isla de Captiva en Florida, fue juntando tierra hasta formar un complejo de nueve estudios y varias viviendas circunvalando una piscina. Allí realizó sus grandes obras, de hasta varios kilómetros de extensión.

De la época en que a Rauchenberg le dió por llenar las galerías de lienzos blancos -“hipersensitivos”, según él, pues las telas eran capaces de captar las variaciones de actitud y de humor de los espectadores-, procede «4,33», la célebre canción silenciosa de John Cage.

lunes, 12 de mayo de 2008

El nacionalisme als inicis del segle XX

A finals del segle XIX, neixen a Catalunya i el País Basc moviments que qüestionen l’existència d’una única nació espanyola. El punt de partida d’aquestes noves ideologies es que Catalunya i el País Basc son nacions i que tenen dret a l’autogovern. Ho justifiquen afirmant que ambdues tenen realitats diferencials: la llengua, principalment, però també uns drets històrics (furs), una cultura i uns costums propis. Al llarg del primer terç del segle XX, aquestes s’aniran definint en torn a plantejaments més o menys radicals: des de l’autonomisme fins a l’independentisme.

Les diferències ideològiques en aquest camp son molt grans, per exemple entre Valentí Almirall i Enric Prat de la Riba, entre Francesc Cambó i Francesc Macià, com també entre el nacionalisme català i el basc.

És difícil, per exemple, que qualsevol polític nacionalista català pogués defendre mai idees com les de Sabino Arana.

“... Lo que de bueno tiene el vasco no se lo debe a Castilla y hermanas. De lo malo, casi todo lo tiene de ellas recibido.

No hablemos de la navaja, ni de la blasfemia, ni de los cantares, ni de las danzas, ni de las ideas librepensadoras... Todo eso hiede.

Los etnógrafos extranjeros admíranse de la sociedad y de las costumbres vascas; los obispos de diócesis extrañas se hacen lenguas ponderando la religiosidad del vasco...

Pero procedentes del lado de allá del Ebro penetran otras costumbres que van sustituyendo a las vascas...El euskera se muere. Es verdad.

No lo mata el extraño. Los mismos vascos le están dando la muerte...

Su lengua era maravillosa, monumento de los tiempos primitivos, testimonio de su innata independencia, timbre y sello firmísimo de su nacionalidad. Pero los vascos no apreciaban su nacionalidad, ni amaban su independencia...

El euskera, hoy, de nada vale. Al contrario, es un obstáculo, un estorbo para todo: para educarse, para estudiar, para el comercio, para la vida. Los ricos y los ilustrados habéis llegado a esa posición hablando español. ¿Por qué del aldeano queréis exigir que no lo aprenda, o al menos que no lo hable? ¿Es que no queréis que se iguales a vosotros en riqueza y conocimientos?

Sabino Arana, Euzkadi, nº 3. 1901.

Exercici.

domingo, 11 de mayo de 2008

Arte del Siglo XX

"Recordad que un cuadro antes que un caballo, una mujer, una flor, es esencialmente una superficie plana cubierta de colores dispuestos en un cierto orden". Maurice Denis.

W.Kandisnky: Composició IV

En el arte del siglo XX la historia de la pintura es la historia de la desaparición del objeto. El centro de interés de los pintores fauvistas fue el color. Preparaban la superficie del cuadro con un color y sobre él distribuían las zonas repintadas buscando armonías. Los cubistas buscaron en la geometría una nueva forma de representar el objeto sin privilegiar un único punto de vista. Los expresionistas mostraban la realidad distorsionada por las emociones y los futuristas quisieron atrapar las fases del movimiento en un solo plano. El surrealismo quiso puentear la conciencia para mostrar la realidad subyacente. La abstracción, por fin, se queda con las solas formas geométricas –en Europa- o con la fuerza significativa del color –en EE UU.

L. SULLIVAN (Escuela de Chicago): "La forma sigue a la función".

Mies van der Rohe: Pavelló Alemany (Barcelona)

En el siglo XX desaparece la unidad de estilo que caracterizaba las épocas pasadas: ya no hay el estilo que define una época, sino concepciones artísticas diversas que conviven en un mismo periodo. Variedad y complejidad en las formas y aparición de nuevos formatos, la fotografía y el cine, más cercanos al gran público. En arquitectura, la combinación de materiales antiguos (hierro, vidrio), nuevos (cemento, acero, plásticos) e inesperados (papel, tela) permiten composiciones antes inconcebibles y una amplitud extraordinaria del campo de la estética.

Se produce una ruptura definitiva con la arquitectura de ascendencia clásica y con ella el privilegio de los exteriores y la ornamentación, frente a las acuciantes necesidades que plantea la sociedad industrial. Para los nuevos arquitectos el espacio interior y la función del edificio determinan la nueva estética. Aeropuertos, estaciones de ferrocarril, rascacielos, fábricas, estadios. El arquitecto es al mismo tiempo arquitecto, ingeniero y urbanista. La estética del siglo XX se mueve entre la funcionalidad del edificio, búsqueda de la simplicidad, y la articulación con la naturaleza.


Henry Moore's 'Reclining Figure' 1969-70

También la escultura quiso superar las fórmulas de la antigüedad clásica. A ello contribuyó la búsqueda de nuevas formas que antes que nada tenían en cuenta la naturaleza del material. La tendencia hacia una estructura plástica casi arquitectónica –escultura civil para señalar grandes espacios públicos-, la experimentación con los nuevos materiales: piedra, metal, plásticos, la importancia concedida al espacio, al vacío y al movimiento.


viernes, 9 de mayo de 2008

La situación política española tras 1934


A partir de la revolución de 1934 -revolución socialista en Asturias, proclamación de la República Catalana por Companys desde el balcón de la Generalitat-, las posiciones políticas españolas se extremaron, formándose dos grandes grupos antagónicos:

Las Derechas:

La CEDA de Gil Robles que atendía a los intereses de las clases medias y populares católicas, con unas juventudes -Juventudes de Acción Popular (JAP)- con rasgos claramente fascistas,

La Renovación Española, el partido monárquico de Calvo Sotelo, que se fue radicalizando progresivamente,

La Falange Española de José Antonio Primo de Rivera, fusionada en 1934 con las JONS de Ledesma que representaban el fascismo español.

Las Izquierdas:

La Izquierda Republicana de Manuel Azaña, el partido burgués con vocación republicana modernizadora,

El PSOE, que entre sus dos almas la de Besteiro e Indalecio Prieto y la de Largo Caballero, el Lenin español, como se le decía, fue optando por las ideas revolucionarias de este último,

El PCE, cuyo programa en ese momento era el Frente popular contra el fascismo (Hitler había tomado el poder en 1933).

La CNT, por su parte, decaída tras el fracaso de la insurrección de diciembre de 1933, buscaba cómo apoyar al Frente popular sin desdecirse de la abstención electoral que siempre había promovido.

La Esquerra Republicana de Catalunya de Lluis Companys, giraba a la izquierda desde sus posiciones independentistas.

PUNTOS PROGRAMÁTICOS DE FALANGE ESPAÑOLA. 1934

“1.- Creemos en la suprema realidad de España. Fortalecerla, elevarla y engrandecerla es la apremiante tarea colectiva de todos los españoles...

2.- España es una unidad de destino en lo universal... Todo separatismo es un crimen que no perdonaremos. La Constitución vigente... atenta contra la unidad de destino de España. Por eso exigimos su anulación fulminante.

3.- Tenemos voluntad de Imperio. Afirmamos que la plenitud histórica de España es el Imperio. Reclamamos para España un puesto preeminente en Europa...

4.- Devolveremos al Ejército de Tierra, Mar y Aire toda la dignidad pública que merece, y haremos a su imagen, que un sentido militar de la vida informe toda la existencia española.

5.- Nuestro Estado será un instrumento totalitario al servicio de la integridad de la patria. Todos los españoles participarán en él a través de su función familiar, municipal y sindical. Nadie participará a través de partidos políticos. Se abolirá implacablemente el sistema de partidos políticos con todas sus consecuencias.

6.- Concebimos a España, en lo económico, como un gigantesco sindicato de productores. Organizaremos corporativamente a la sociedad española mediante un sistema de sindicatos verticales por ramas de producción...

7.- Repudiamos el sistema capitalista... Nuestro sentido espiritual y nacional repudia también el marxismo...

26.- Falange Española de las JONS quiere un orden nuevo, enunciado en los anteriores principios. Para implantarlo, en pugna con las resistencias del orden vigente, aspira a la revolución social...”

**

Ejercicio.